La red cloacal es un sistema de cañerías, mayores y menores, que recogen los desagües cloacales domiciliarios y los derivan hacia las plantas depuradoras, donde las aguas sucias reciben tratamiento y los controles de calidad necesarios.
No está permitido conectar los desagües pluviales a la red cloacal.
Cuando esto sucede, se satura la capacidad de conducción de las cañerías cloacales que no están dimensionadas para recibir agua de lluvia (hasta diez veces más importantes que las descargas domiciliarias), y se provocan desbordes a través de las bocas de registro.
Sólo deben arrojarse al sistema de desagüe cloacal domiciliario los líquidos provenientes de artefactos sanitarios o excretas, el agua del lavado de prendas e higiene personal, el agua producto del lavado de alimentos, de la preparación de comidas y el agua del enjuague de vajilla.
No desechar en el sistema de desagües, elementos sólidos que perturben el funcionamiento de las instalaciones.
Dado que las conexiones están diseñadas y construidas para permitir solamente el paso de líquidos o disposiciones excretas. Los productos de origen industrial generan ácido y dañan gravemente las cañerías.
No arrojar trapos, medias de mujer, pañales, algodones, bolsas, preservativos, portadesodorantes de inodoros; envases plásticos en general o de cartón; productos solidificados como aceites lubricantes y pinturas; materiales no biodegradables a corto plazo como maderas y cartones; colillas de cigarrillos; medicamentos vencidos.
Son muy comunes las obstrucciones producidas en las paredes de las cañerías cloacales, al solidificarse comestibles, grasas y aceites que son vertidos normalmente con la limpieza de la vajilla. Y también en forma conjunta con la descarga de elementos no permitidos como yerba, fósforos, té o café. Las colectoras cercanas a las grandes casas de comidas y restaurantes que no respetan estas recomendaciones, la sufren a diario.
El servicio de cloacas constituye una herramienta indispensable para la calidad de vida de la población.
Su uso correcto y su preservación, permiten prolongar y garantizar la vida útil de las instalaciones. El uso adecuado de los desagües cloacales domiciliarios contribuye al mantenimiento de la higiene y de la salud pública.
Para evitar taponamientos y obstrucciones que provoquen desbordes cloacales, es fundamental adoptar una conducta ejemplar en la utilización de este servicio.